CIELO
En la brumosa montaña de algún cielo metafísico edifiqué mi aposento
Aguardando el descenso de una estrella centinela que porta brillo y fresco viento
Mas el inamovible firmamento sonríe con eterno sol de media noche
Irradiando silenciosamente el círculo de la espera con vigilia, sin eco y sin voces
Cimentando sobre la roca del vacío construí una gran pólis de abadías inefables
Cuyo culto encumbró un pretérito mito de huecas murallas inquebrantables
Encausando nocturnas quimeras acuosas, desvié enormemente el támesis del anhelo
Irrigando frescos campos de narcisos que tras la luz del alba finalmente perecieron